Operación Balmis: el antídoto militar contra el Covid-19

ESCALADA

Estamos librando un combate sin cuartel, pero también sinigual contra una pandemia que ha generado el COVID-19. Cara a cara, ante este enemigo invisible y letal, se encuentra una multitud de valientes voluntarios, en particular, personal sanitario y miembros de nuestras Fuerzas Armadas (FF.AA.) y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE).

Tras los primeros enfrentamientos, nos hemos acostumbrado a escuchar el parte diario de bajas como si se tratase de un conflicto bélico. Siendo la única aportación, para la mayoría de la población a la hora de frenar esta mortal escalada, el seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias, cumplir el manido eslogan #QuedateEnCasa y aplaudir todos los días desde los balcones a nuestros héroes.

Para hacer frente a este enemigo mortal, se encuentran también nuestros soldados, siempre listos y dispuestos para la defensa de España y de todos los españoles. La Operación Balmis, liderada por el General del Aire Miguel Ángel Villarroya, Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) y dirigida desde el Mando de Operaciones, es buena muestra de ello.

S.M. el Rey y la Ministra de Defensa en el Mando de Operaciones del EMAD

Siguiendo las órdenes del Gobierno, desde el día 15 de marzo se encuentran desplegados más de 2.500 miembros del Ejército, Armada, Ejército del Aire, Unidad Militar de Emergencia (UME) y Guardia Real en más de 180 localidades de toda la geografía española para hacer frente a la pandemia producida por el COVID-19.

La participación de las Fuerzas Armadas en esta crisis sanitaria ha sido bautizada con el nombre de Operación Balmis, en homenaje al médico militar alicantino Francisco Javier Balmis que junto con su colega Josep Salvany e Isabel Zendal capitaneó la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna en 1803, auspiciada por el monarca Carlos IV, para llevar la vacuna de la viruela a las tierras de ultramar de América y las islas Filipinas. Una auténtica proeza sanitaria en aquellos tiempos que acabó con la alta mortandad infantil que estaba diezmando aquellas tierras.

Si bien las acciones que se están realizando principalmente en la Operación Balmis, están focalizadas en la desinfección de infraestructuras críticas como son los aeropuertos, puertos y estaciones de transporte; también se han llevado a cabo actuaciones en centros hospitalarios, mercados centrales, instalaciones del estado y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE), entre otras.

La UME desinfectando una residencia de mayores

Entre las acciones más notables, podríamos mencionar las realizadas en apoyo al montaje y puesta en funcionamiento del macro hospital de IFEMA de Madrid, en un tiempo récord, la desinfección de más de 140 residencias de ancianos, el traslado de enfermos y personas mayores de hospitales a hoteles medicalizados, así como el traslado y custodia de los fallecidos al Palacio de Hielo de Madrid, convertido en morgue provisional debido a la saturación de los servicios funerarios de la Comunidad de Madrid.

Las acciones llevadas a cabo por los miembros de las FF.AA. en esta Operación Balmis, ha puesto de manifiesto, una vez más, la alta preparación y capacidad de reacción que tienen nuestros hombres y mujeres para afrontar una situación peligrosa y que, gracias a su pronta y eficaz actuación, han podido salvar la vida muchas personas que estaban expuestas al COVID-19.

En el periodo de tiempo comprendido entre el 24 de marzo y el 30 de abril las aeronaves del Ejército del Aire han transportado más de 70 toneladas de material sanitario de todo tipo.

En este sentido, considero que las palabras pronunciadas recientemente por la Ministra de Defensa, Margarita Robles, en la Comisión de Defensa, expresan, de forma meridiana, la misión desarrollada por nuestros compañeros de armas: “Los militares han participado y participan en la Operación Balmis con un único objetivo: salvar vidas, sin valoraciones políticas y sin mirar las zonas geográficas”.

DESESCALADA

La mayor recompensa para un soldado es, sin lugar a duda, la satisfacción del deber cumplido. Y en este sentido, estoy seguro de que los compañeros que están participando en la Operación Balmis, en particular los miembros de la UME deben sentirse muy orgullosos por su buen hacer y meritorios servicios a España y a todos los españoles.

Si bien, por cuestiones sanitarias y de prevención, se han limitado, algunas maniobras programadas; no hay que olvidar que todas y cada una de las unidades, centros y organismos (UCO) de nuestras FF.AA. han mantenido el estado de operatividad y adiestramiento exigido. Sin bajar en ningún momento la guardia.

Sin embargo, cuando estos tiempos difíciles de nuestras vidas sean recordados como tan sólo una terrible pesadilla, sería conveniente que quedase testimonio escrito de aquellos valientes compañeros de armas que, en cumplimiento de su deber, se expusieron o fueron contagiados por un virus tan letal, llegando algunos, lamentablemente, a perder sus vidas.

Cuando regrese la paz a nuestras vidas, y la misión del militar profesional vuelva a su estado habitual, sus miembros se encontrarán con las mismas vicisitudes que la carrera de las armas les pone a prueba los 365 días del año para lograr el mejor servicio a España.

MEDALLA OPERACIÓN BALMIS

Y es aquí a donde quería llegar, a la motivación personal. Los militares, al igual que otros colectivos, no son insensibles a los aplausos y felicitaciones por su buen hacer. El hecho que su trabajo sea reconocido y valorado por los ciudadanos y por sus jefes, los anima a continuar en ese camino, con iniciativa y afán de superación, conscientes de que su labor es necesaria. Si así no fuese, sus miembros podrían caer en el desánimo y la desmotivación, al percibir que, si bien han cumplido su misión satisfactoriamente, su esfuerzo y trabajo no han dado los frutos deseados.

A este respecto, y al igual que ocurre en las misiones de paz lideradas por la ONU, OTAN o la EU, a los militares que han participado en ellas y han destacado por sus méritos, se les otorga una medalla con el nombre de la misión correspondiente (ISAF, Bosnia – Herzegovina, Iraq, etc.) siendo conscientes que, como en los tiempos gloriosos de los Tercios, no adorna el vestido el pecho que el pecho adorna al vestido.

Adjunto enlaces con información, a modo de ejemplo, sobre las diferentes recompensas concedidas por la OTAN y la EU a los miembros militares de las FF.AA. aliadas y amigas participantes en las misiones de paz:

La Operación Balmis podría encuadrarse en este tipo de misiones de paz, si bien, en un ámbito nacional. Con la misión de luchar contra una pandemia producida por el COVID-19 en una operación sanitaria, para apoyar y auxiliar a todos los españoles, en particular, a los más vulnerables.

La concesión de recompensas militares o medallas a un miembro de las FF.AA. por acciones meritorias en el desempeño de su misión, tiene tres consecuencias notorias y positivas para su carrera militar. En primer lugar, el reconocimiento público y el orgullo personal para el soldado que recibe tan alta distinción.

En segundo lugar, por el estímulo y ejemplo a seguir que constituye para sus compañeros de armas. Y, por último, pero no menos importante, por la constancia que dejará en su hoja de servicio, que será valorada y seguro que redundará en su beneficio a la hora de superar las evaluaciones para el ascenso, provisión de destinos, cursos de especialización, etc.

El procedimiento para activar las recompensas militares o medallas para los miembros de las FF.AA. así como para aquellos otros de instituciones afines que se considerasen meritorios pasaría por la aprobación, mediante Real Decreto, de una disposición por la cual sería creada la Medalla Operación Balmis.

La concesión de esta se ajustaría a las diferentes disposiciones contempladas en el reglamento oportuno en donde, además de definir las diferentes modalidades de medallas, se especificarían los hechos y circunstancias que deberían concurrir en el personal afectado.

Para ello, se podría seguir un patrón similar a las normativas que regulan la concesión de recompensas a los militares de los diversos países que participan en las misiones de paz lideradas por la ONU, OTAN o EU.

Imposición de condecoraciones OTAN misión ISAF

Considero que este tipo de iniciativas, son las que marcan la diferencia a la hora de valorar el buen hacer desempeñado por nuestros soldados en una situación en donde todos los que han estado involucrados tienen el valor reconocido ante el enemigo, a pecho descubierto, en la mayoría de las ocasiones.

No quisiera terminar mis palabras sin expresar mi emocionado recuerdo y homenaje a todos los compatriotas que, tristemente, han perdido la vida víctimas del COVID-19. De forma muy especial a nuestros compañeros de armas y miembros de las FCSE, así como al personal sanitario, con los que siempre estaremos en deuda con ellos y sus familias. Nos han enseñado, con una entrega y humildad ejemplar, lo mejor de nuestro pueblo. D.E.P.

Por último, quisiera agradecer, una vez más, a mi respetado General Rafael Dávila la oportunidad que generosamente me ha brindado para exponer en este prestigioso foro de pensamiento y debate, esta propuesta que estoy seguro estará en el ánimo de todos.

Muchas gracias por vuestra amable atención.

Un fuerte abrazo marcial para todos compañeros.

Julio Serrano Carranza

Coronel de Aviación y Presidente Honorario Asociación Círculo Ave Fénix

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